Mes a Mes




MES ANTES

Nos encontrábamos en el mes de Diciembre y yo había comenzado mi aventura con aquel hombre sin siquiera haberme dado cuenta, realmente jamás he sido buena calculando los días y los meses de una relación pero esta jamás la podría borrar de mi mente; cuando me entere que estaba tan dentro de mi  interior y que sería un riesgo casi mortal escabullirme de él, puesto que no habían sentidos ni razones para no seguir, decidí combatir para que aquel compañero no me alejara de lo que realmente amaba, mi familia.
Aquel Diciembre lo recuerdo perfectamente mis seres más cercanos querían alejar a aquel hombre de mi  mente, de mi vida, querían retirarlo de cada latido y respiración, deseaban aislarlo completamente de mi ser; pero después de eso todos en el fondo éramos conscientes de que nada volvería a ser como antes. 

Y efectivamente todo cambio, muchas cosas que jamás me habría imaginado en algún momento que pasarían comenzaron a hacerse notar. 

PRIMER AÑO

Solo puedo decir que Enero fue un mes dificultoso para el arduo tiempo que se venía encima. 

Al llegar Febrero comenzó mi primer viaje toxico el cual se esperaba que fuera algo reanimador y positivo para mi vida en alguno de muchos aspectos.  

Marzo me hizo sentir mucho más débil que Febrero pero mucho más bella que Abril.

En Abril me sentía malhumorada porque aquel obstinado hombre se apoderaba de mí sin límites y me demostraba que me quería amar completamente sin importar mi aspecto físico.

En Mayo cuando mi hija quiso cortar su cabello comprendí que yo emprendía no solo un viaje sino dos en aquel mismo tiempo; A las dos nos fue imposible contener las lágrimas e inevitablemente nos abrazarnos; Luego de eso medite lo que no recordaba desde hace mucho tiempo, que solo al amor verdadero le escaseaban las márgenes, que aquel era completamente transparente, real y lo más sólido que podría haber existido en la vida de una persona. 

Junio, julio y agosto me hicieron sentir mucho más radiante, altamente exitosa en mi meta, menos débil, mi familia me mantenía inquebrantable, fuerte, sin dolor ni angustia porque nada me iba a detener; Efectivamente aquel animal estaba saliendo de mi vida y ya se había ido en una gran parte de mi ser y eso tenía mucho más valor en este mundo que cualquier otra cosa.

En septiembre realice mi último viaje toxico puesto que ya debía finalizar con esa etapa, me sentía feliz, no me cambiaba por nadie. 

En octubre comencé mi primer Viaje Radioterápico con el cual comprendí que hay heridas grandes que te marcan no solo el alma, que existen cicatrices de batalla conseguidas con la perseverancia y la valentía, que son cosas que millones han visto pero no entienden hasta que lo han vivido o percibido a su lado, cosas a las cuales la gente le teme en realidad.


SEGUNDO AÑO

Noviembre, Diciembre y el siguiente año dejaron muchas historias en mi piel, en aquel recorrido había descubierto caminos que me enseñaron las pequeñas cosas más valiosas del mundo, de la vida misma, de lo que somos, de la diferencia entre existir y vivir, se alojaron no solo momentos de cada instante sino que también se alojaron enseñanzas y eso me hizo valorar cada día más el día a día.

Conforme pasaron los meses al llegar el mes de Noviembre recibí la noticia más gratificante que pude haber recibido en toda mi vida; me había desecho en gran parte de aquel imponente animal, mi ambiciosa sed de vida y fortaleza funcionaba más que cualquier fármaco, ya faltaba poco.

UN POCO DEL TERCER AÑO

En Diciembre: Sin saber que aquella sería la última navidad que ella estaría a nuestro lado, irónicamente fue la mejor navidad de nuestras vidas.
Los tres meses siguientes fueron de grandes incertidumbres, aquel tiempo marchito algunas cosas pero ella jamás cedió, siempre estuvo firme, nunca lo dudo y prefirió vivir mil veces; Sé que ella se encuentra en un lugar donde las flores no tienen un color predilecto sino que intercambian con los días.



Este escrito está dedicado no solo a mi mamá sino a miles de personas que todos los días batallan por vivir, son personas de gran valor que nos enseñan mil cosas y se convierten en seres de gran admiración por su fortaleza incansable, aquellos son verdaderos luchadores.



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