CASCABELITO

      De Resumen   

 
Yo fui criada de una manera no muy común, yo fui criada como un niño, es gracioso pero ese ser hippie encantador me crió de la mejor manera posible y  puedo decirlo con mucho sentimiento de orgullo y felicidad.
El me enseño que los hombres se peinan echando el cabello hacia atrás con mirada seria, pero eso era cuando tenía cabello porque yo mantenía irónicamente rapada debido a que me creciera mucho mejor el cabello, recuerdo cuando él se rasuraba y me ponía en mis pequeñas mejillas crema para rasurar y me prestaba uno de sus peines para sustituirla por una cuchilla con su parte contraria.
Cascabelito me crió saltando en la cama al ritmo de las más dulces melodías acústicas, cantando canciones de rock ‘n’ roll, sí, yo era la niña con ínfulas de niño cantando “Revolución”   “My Sweet Lord” “Let it be” de The Beatles, “Angie” de The Rollings Stone, entre otras canciones,  en el segundo piso del edificio no dejando dormir a los vecinos, mientras mi papá tocaba la guitarra y yo lo acompañaba con la pandereta no muy bien entonada en ese momento hasta que aprendí de música.
Aprendí yendo al estadio que era un tiro de esquina, un tiro libre, una falta, que es el fútbol, cuáles eran los mejores jugadores del momento y cuál era el mejor equipo del mundo, bueno, el mejor equipo del mundo para mi papá y para mí o mejor dicho el de ese momento porque ahora es mejor no entrar en discusión  y saber dónde se encuentra ese equipo. Las tardes después de llegar del colegio eran para dedicarnos en el parque a jugar fútbol, yo era la mejor jugadora para él, así cada balón quedara en un árbol hasta desintegrarse o los señores que arbitrariamente cortaban árboles lo bajaran.
Cuando el grupo de niñas bonitas del colegio me comenzaron a molestar por jugar con los niños canicas mi papá me dio las instrucciones necesarias para no dejarme de nadie en el colegio, para luchar por las injusticias, por lo cual estuve rondando en muchos y aquel caballero como siempre apoyando todas mis revueltas mientras mamá asombrada pensaba que estábamos dementes.
Yo no andaba en vestidos, yo andaba en shores, yo no me maquillaba en tocadores rosados, yo jugaba con los carros a control remoto y también tenía una que otra brabie en mi colección, los dos papás que tenía me regalaban carritos y yo era feliz jugando con estos, feliz tocando guitarra y aprendiendo de fotografía.
El me enseño a nadar y lo recuerdo perfectamente, cascabelito me enseño a manejar bicicleta, moto y hasta el carro me lo soltaba sin miedo a nada con tan solo 10 años, aquel me enseño que era importantísimo ser mujer independiente, me enseño cosas asombrosas de la vida las cuales hoy valoro y le doy las gracias.
Mi Cascabelito era el hombre que me le celebraba todas esas embarradas de la niñez y adultez. Mamá por supuesto tenía que disculparse con los vecinos mientras mi papá se hacia el de la vista gorda y decía ¡No puede ser, que ella hizo qué?!
Me enseñaste que el amor familiar es el sentimiento más maravilloso del mundo y que cuando se hablaba de noviazgo uno mismo jamás moría de él.. Sino que había que arrancar el papel, secar las lágrimas y seguir.

Te doy las gracias por enseñarme a valorar y amar las pequeñas cosas de la vida de manera extraordinaria, por criarme así, indomable, jodida, musical, feminista, ambientalista y feliz.

Hoy y todos los días te extraño de sobremanera.

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